En el centro de palacio hay un pequeño patio donde siempre reina el silencio.
En el centro hay una bonita fuente, y alrededor de estas varios bancos donde sentarse. Hay vegetación por todos lados, y desde las múltiples puertas que llevan a este lugar sale un pequeño caminito de piedras blancas que lleva hasta la fuente.
Casi siempre hay alguien paseando, pero todo el mundo respeta la norma principal: No gritar.