El Lago [ZdR]

Algo me golpeó por detrás y quedé tumbada en la arena.
- ¿Pero qué...? - me callé de golpe al ver que ese algo era un chico, el del otro día... Gabriel creía recordar.- Tampoco soy tan pequeña como para no verme.- le reproché sin moverme del suelo.

Llegué al lago dando un tranquilo paseo, cuando vi dos figuras a lo lejos. Me acerqué hasta donde estaban. Parecían los chicos de días anteriores.
-Buenas... -saludé cuando llegué a su altura.

-Ya, pero es que no te quería ver, que es diferente
Me giré al oír a la otra chica.
-Buenas-suspiré-¿sólo estáis aquí vosotras dos? Es que ya las he visto dos veces...y ya me aburren sus caras

- ¡Anda! Pues si no quieres verme vete, que yo estaba aquí primero.- me levanté del suelo y me sacudí la arena.
- ¡Hola! - saludé a la chica.- ¿Qué tal?

-Te podemos sacar los ojos, así no nos verías -murmuré mordiéndome la lengua para no soltarle algo peor, pero siempre con una amable sonrisa en el rostro- bien, buscando gente... que este reino parece estar algo abandonado -comenté a la chica.

Me reí al escuchar al chico.
- ¿Qué belleza? Flipado...- negué con la cabeza a la vez que rodaba los ojos. Sonreí a la chica.- Yo de momento no he visto a nadie más a parte de vosotros dos.- comenté encogiéndome de hombros.

Rodé los ojos al escuchar al chico
-Claro, claro... -suspiré mirando a mi alrededor como si pudiera encontrar alguien más por allí cuando escuché el comentario de la chica- en algún sitio tendrá que estar la gente... no creo que seamos los únicos de en este lugar.

- Eso espero...- miré al chico de reojo con fastidio al pensar que podía ser el único chico de por aquí.

Lo miré con los ojos entrecerrados
-La gente tiene unos gustos un tanto extraños...

Alcé las cejas al escucharle.
- Vale... Gente rara hay por todos los lados.- sonreí disimuladamente.- Chicos tengo que irme. Supongo que volveremos a vernos. Chaao.- salí de allí a paso rápido.

Despedí a la chica con la mano
-Cuídate, nos vemos
Miré al chico y negué con la cabeza
-Esto... hay algo que me tiene intrigada sobre los tuyos -ladeé la cabeza mirándole con curiosidad- pensé que los de tu raza no podían salir a la luz del día y esas cosas, ¿se supone que es todo un cuento de los humanos?